Desde hace tiempo, los Puntos Limpios han sido cercados por gestores ilegales de residuos, que esperan en la puerta para solicitar a los ciudadanos los desechos que van a depositar para, posteriormente, comerciar con aquellos que son rentables. Lamentablemente, en numerosas ocasiones los consiguen, lo que pone en marcha un proceso con varios aspectos negativos.
Antes de nada, hay que dejar claro que la actividad de estas
personas no solo es ilegal sino que además es peligrosa, tanto para ellos
mismos como para el beneficiario último del reciclaje, el medio ambiente. No
estar autorizado como gestor no supone solamente evadir la ley, sino también no
estar cualificado para la manipulación y el traslado de ciertos residuos,
principalmente aquellos que tienen componentes peligrosos.
Uno de los inconvenientes de esta práctica es el erróneo
tratamiento que se da a los residuos. Cuando estas personas se hacen con ellos,
extraen los materiales rentables que pueden vender y el resto, por norma
general, suelen abandonarlo a su suerte, rara vez depositarlo en su
emplazamiento indicado.
En ciertas ocasiones, los gestores ilegales suelen buscar
lugares apartados para descomponer los residuos, como parajes naturales a
cierta distancia de los núcleos urbanos o polígonos industriales, donde suelen
estar ubicados los Puntos Limpios. Allí abandonan todo lo que no les sirve y
crean vertederos que rápidamente se convierten en graves focos de
contaminación.
El resultado es que el residuo que podía haber sido
depositado en un Punto Limpio y tratado según la normativa vigente, termina
contaminando un espacio natural. Este acto no solo es culpa de la persona que
se dedica ilegalmente a esta actividad, sino que cuenta con la complicidad del
ciudadano que le ha donado sus residuos.
Hace tiempo escribí un artículo sobre la reticencia de los ciudadanos a llevar sus residuos a los Puntos Limpios, alegando que
determinadas empresas hacían negocio con estos materiales. Por ello, me llama
poderosamente la atención la facilidad para ceder los residuos a cualquiera que
los solicite, consintiendo un tratamiento inadecuado, contaminante y, por
descontado, igualmente lucrativo para estas personas que operan al margen de la
ley.
Me doy cuenta de que el sistema de reciclaje no es perfecto,
que tiene margen de mejora (y qué sector no sufre tal problema) pero
desde luego la solución no pasa por salirse de la normativa, máxime cuando el
resultado es claramente perjudicial y no ofrece más que una serie de personas
que obtienen un beneficio ilegítimo sin valorar las nefastas consecuencias que
sus actos tienen, tanto para ellos mismos como para su entorno.
Lo mejor que podemos hacer con los residuos especiales que
generamos en el hogar, aquellos que no tienen cabida en los contenedores
tradicionales, es depositarlos en un Punto Limpio. Si no sabes dónde está el
más cercano, seguro que tu ayuntamiento puede informarte, tanto por teléfono
como a través de su página web o de las redes sociales.
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