La futura ley de Parques Nacionales, tal y como se puede comprobar en esta información, abrirá las puertas a la gestión privada de los negocios y
las actividades que se impulsen dentro de estos espacios protegidos. Es decir,
con un lenguaje más llano, que habrá empresas que puedan ganar dinero en las
zonas protegidas, imagino que con actividades tales como la organización de
excursiones, rutas o días de campo. ¿Acaso pensabais que no se podían
privatizar más cosas?
Pues sí, se puede. Y no es algo nuevo, en una entrada anterior ya comentaba las rutas que se organizan en el entorno del Parque Nacional de Picos de Europa, a pie, a caballo, en quad e incluso en
todoterreno. Ahora, la propia ley amparará estos negocios con inversión
privada, con la excusa (como siempre) de una mejor gestión y una mayor
disponibilidad de fondos (como en hospitales, centros deportivos, limpieza
municipal y otras actividades ya privatizadas por la administración).
¿Qué puede suponer esto? Que ciertas empresas entren en los
Parques Nacionales, de forma legal, a establecer sus negocios. No quedará más
remedio que confiar en que sean respetuosas con el medio, teniendo en cuenta
que hablamos de áreas con el mayor nivel de protección posible.
¿Se puede conseguir? No estoy seguro. Estas compañías se
llenarán la boca con palabras que tanto gustan de cara al público (desarrollo
sostenible, sostenibilidad, economía verde, empleos verdes) y con eso
justificarán cualquier perjuicio que lleven a cabo en estas zonas (destrucción
del medio, molestias al entorno, contaminaciones de distintos tipos). Hablarán
de empleos verdes para los conductores de los autobuses que lleven turistas
hasta zonas del interior de los parques o de turismo sostenible para las rutas
en quad o todoterreno y con eso estará perdonado cualquier desliz, exceso o
negligencia que puedan cometer. Si generan empleo, todo vale.
De nuevo, la administración confía al capitalismo la gestión
y el manejo de algo que es de todos y nadie debería explotar en beneficio
personal. Soy poco amigo del turismo en zonas protegidas y no es la primera vez que comparo los parques nacionales con parques temáticos, pero si hay que
hacerlo es mejor que sea de forma pública y siempre con un objetivo científico
o de manera que los beneficios vayan a parar al propio parque.
Sí, ya sé que en
estos tiempos es algo utópico, pero no hay que olvidar cómo debería ser esto si
no estuviéramos inmersos en esta enorme crisis del sistema. El objetivo de una
empresa privada siempre es obtener beneficios y estos suelen anteponerse a
otros aspectos como la conservación o la correcta gestión del medio natural,
por mucho que este goce del máximo nivel de protección.
Hace meses escribí sobre la preocupación por que la nueva norma permitiera la caza en los parques nacionales, pero tal vez haya que estudiar a
fondo este proyecto de ley para ver cuántas trampas nos esperan. La
privatización de servicios públicos (para mí, servicios que ni deberían existir
como el turismo en zonas protegidas) todos sabemos en lo que suele terminar:
especulación, dinero antepuesto a todo lo demás y, en este caso concreto,
destrucción (contaminación, modificación) de una zona protegida.
La entrada de capital privado en los Parques Nacionales
puede ser el paso previo para una gestión llevada a cabo por empresas y que
termine siendo una burbuja especulativa. Casi lo menos malo que puede pasar es
que nuestros parques terminen como las estaciones del metro, las salas de
fiesta o los estadios de fútbol y tengamos que aprendernos nuevas
denominaciones como Parque Nacional de [Empresa de Telefonía]-Monfragüe.
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